sábado, 22 de noviembre de 2008

Almas Gemelas


Aunque que no todos compartan la creencia en la existencia de las almas gemelas, en el fondo de nuestros corazones, nuestras vidas se resumen en la incansable búsqueda de nuestra otra mitad; aquella persona especial, capaz de entregarnos amor romántico, apoyo, comprensión y cariño; y/o también relaciones de amistad, en las que la “química” y simpatía mutuas nos unen para siempre. Son estas maravillosas relaciones, las que nos brindan solidaridad, compañía y una alegría maravillosa que nos enriquece, nutre , llena nuestras vidas y nos hace sentir profundamente felices.

La relación entre almas gemelas es una mágica y profunda relación de dos personas, donde ambas encuentran su propia alma en sí mismas y en el otro u otra al mismo tiempo. El hallazgo marca la vida como una referencia difícil de explicar a quien no la ha vivido. Al principio es una relación donde frente a un desconocido como persona, descubres que su alma o espíritu te es perfectamente conocido. Te sientes a ti mismo en esa persona. La confianza sucede automáticamente. Hay una franca e innegable sensación de ya haber conocido a esa persona, a ese perfecto desconocido.

No es una relación necesariamente romántica. De hecho, no suele serlo. Aquí no hay romance, hay algo que va mucho más allá, es mucho más profundo y significativo. La atracción no es de cuerpos, el enamoramiento no es de la forma de ser. Ambos, atracción y enamoramiento son del alma. No es exclusiva entre hombres y mujeres. En diferentes vidas puede ser entre mismos o diferentes géneros. Dependerá de lo que deban aprender para que se decidan y habiten cuerpos de uno u otro género.

No es una relación que se deba buscar. De hecho no se busca, simplemente se encuentra.

Suele ser la única compañía que se siente como necesaria y al mismo tiempo no serlo. Esta paradoja sólo sucede en Almas Gemelas porque uno es el otro al mismo tiempo que uno es uno mismo, y así se puede necesitar y no, del otro.
Es la relación con quien se experimenta el más puro amor que rebasa toda necesidad corpórea o necesidad alguna, alcanzando y disfrutando juntos varios momentos de plenitud de vida.
Las Almas Gemelas nunca compiten por nada, ni por familias, ni por posición social, ni por status ni por logros. Se colaboran en todo lo que puedan para ayudar al otro a crecer. Siempre se están regalando cosas, sino todo el año, todo el tiempo, para colaborar en el crecimiento del otro. De hecho, lo que uno compra para sí mismo casi siempre lo pide doble, para darle otro igual a su alma gemela.
El primer pensamiento de un alma gemela cuando se encuentra en un momento de gozo es: ¡Cómo me gustaría que mi alma gemela estuviera aquí conmigo para disfrutar más estando juntos!

No se razona, se abre la intuición y comprenden por medio de ella que todo así debía suceder. Por ello es una relación que ellos intuyen así debe ser, y que al mismo tiempo los demás no entienden. Los demás razonan, ellos intuyen.

Es una relación donde uno siente lo que siente el otro, tanto cuando comentan y comparten los hechos que les sucedieron… como si no.
Es una relación donde hay un profundo y sostenido interés por la vida del otro, donde llegan a descubrir que uno de sus más preciados e invaluables tesoros es la amorosa atención que se brindan constantemente.
No es una relación cuyos parámetros de comportamiento se puedan entender o designar por medio de los nombramientos o etiquetas sociales conocidos. En la sociedad común, sustentada en el ego con sus tipos de relación legales o formales, no existen las palabras para designar a estas relaciones.
No son amigos, no son amantes, no son concubinos, no son novios, no son matrimonio, no son pareja. Son Almas Gemelas. Las Almas Gemelas NO necesitan determinado tiempo o espacio para saber que están en contacto. Las Almas Gemelas NO se ven limitadas únicamente al espacio físico o temporal para comunicarse. Suelen encontrarse por medio de los pensamientos, intuiciones y durante el sueño, ya que este es el momento en que nuestras almas pueden abandonar momentaneamente el cuerpo físico y viajar hacia otras almas, con las cuales vivirá experiencias que recordaremos al despertar,bajo la forma de una sensación de enorme placer y felicidade - lo que llamaremos: un "sueño" maravilloso!

No es una relación que se pueda disolver. Una vez que encuentras a tu alma gemela, es indisoluble en su máximo grado, incluso luego de las pruebas de separación que en cualquier otra relación terminaría con el nexo. Aquí lo único que los separa a nivel corpóreo, momentáneamente, es la muerte.

Las facultades de telepatía, paraempatía, clariaudiencia y percepciones extrasensoriales en general, se ven francamente incrementadas en su posibilidad de suceder entre Almas Gemelas. Cuando dos almas gemelas han de reencontrarse, el Cosmos se confabula para posibilitarlo. Todos aquellos que han vivido esta experiencia hablan de las señales del universo.

A ellas se refería el Dr. Brian Weiss, con la bondad y el amor que emanan de su persona, "encontrar a tu alma gemela es un regalo del destino y, por ello, el universo se encarga de que no pase desapercibido, de que la conexión se produzca; después será la decisión de ambos, el libre albedrío, lo que decida aceptar ese regalo o no".

El reencuentro con el alma gemela lo decide el destino, lo pacta el universo!

Fragmentos

“Nos duele tanto separarnos porque nuestras almas están unidas. Es probable que siempre lo hayan estado y que siempre lo estén. Quizá hayamos vivido mil vidas antes que ésta y nos hayamos encontrado en cada una de ellas. Y hasta es posible que en cada ocasión nos hayamos separado por los mismos motivos. Eso significa que este adiós es a un tiempo un adiós de diez mil años y un preludio de lo que vendrá.
Cuando te miro, contemplo tu belleza y tu gracia y sé que han crecido con cada vida que has vivido. También sé que te he estado buscando durante todas mis vidas anteriores. No buscaba a alguien como tú, sino a ti, pues tu alma y la mía están destinadas a estar juntas. Y sin embargo, por razones que escapan a nuestro entendimiento, nos han obligado a despedirnos.
Me gustaría decirte que todo se arreglará entre nosotros, y te prometo hacer lo que esté en mis manos para que así sea. Pero si no volvemos a vernos y ésta es una verdadera despedida, sé que nos reencontraremos en otra vida. Volveremos a encontrarnos, y aunque las estrellas hayan cambiado, no nos amaremos sólo por esa vez, sino por todas las veces anteriores”.

Fragmento de la novela "The Notebook" de Nicholas Sparks