martes, 12 de agosto de 2008
El largo camino hacia nosotras mismas ...
¿Me conozco a mi misma? ¿Me conocen bien mis familiares y amigos? ¿Doy espacio para que lo hagan , para que participen?¿Paso una imagen real de quién soy y de lo que siento? ¿Puedo actuar con honestidad de sentimientos ? ¿Me intereso en conocer e interpretar bien el porqué de las reacciones de cada uno? ¿Sé entregar, o solo me gusta recibir?
Autoconocimiento. Este es un concepto que constantemente nos está armando trampas!
Nos enredamos en nuestros propios pensamientos, opiniones y comportamiento que, irremediablemente, van cambiando con el tiempo y nos dejan con una extraña sensación de que nos hemos traicionado a nosotras mismas y decepcionado a los que creían que éramos un individuo poseedor de una personalidad ya bien definida, consistente en nuestras opiniones, dignos de total confianza y capaces de morir defendiendo la bandera de nuestras convicciones.
Pero lejos está de la sencillez el poder explicar qué es lo que nos sucede, y cuales son los estímulos puntuales que nos motivan a adoptar una nueva postura frente a la vida, y a empezar a pensar y actuar de manera distinta. Aún que muchas veces se nos hace fácil aislar el motivo que nos ha impulsado a realizar cambios, otras veces lo hacemos en forma totalmente inconsciente, mecánicamente, como si nos hubiesen cambiado un chip. La explicación, en algunos casos, está en el hecho de que empezamos a sentirnos insatisfechos con algún aspecto de nuestras vidas que todavía no se hace demasiado evidente, pero que, de alguna manera, ya ha logrado realizar algunos cambios en nuestro interior. En el fondo, se trata de un mecanismo de defensa, que se activa automáticamente, en respuesta a un estímulo aún no totalmente identificado y aislado por nuestro lado consciente.
Un día despertamos, miramos nuestra imagen en el espejo y ya no sabemos quién somos ... nos desconocemos por completo .... y nos llevamos una sorpresa al darnos cuenta de que sí hemos cambiado!! Ya no nos gusta aquella polera, que hasta hace poco era nuestra favorita, ya no podemos seguir con la misma rutina que dominaba nuestra vida hasta ayer.... en fin ... pareciera que hubiésemos despertado en otro planeta ... o en otro cuerpo!
Creo que el conocerse va de manos dadas con nuestras emociones y percepciones. Pienso que, dentro de nuestra aparente rigidez de principios, y nuestra lealtad a nuestros propios limites , somos en gran medida influenciables por el mundo y las personas. E, inevitablemente, tarde o temprano, nos deparamos con el hecho de que somos totalmente dependientes de un espacio que nos permita ejercer nuestro derecho a la libertad de poder cambiar y transformarnos en quien necesitamos o elegimos ser. De no ser así, nuestra postura inflexible nos llevaría a un estancamiento que no nos permitiría crecer ni evolucionar. No tendríamos la oportunidad de desarrollar la capacidad de respetar los deseos ajenos, entender sus inquietudes, miedos e inseguridades, de querernos sin pretender ser iguales y de compartir momentos solo por el placer de la compañía, sin importar si estamos o no haciendo lo que más nos gusta, y en el lugar de nuestra preferencia. Gracias a nuestra fabulosa capacidad de adaptación, podemos aprender a dejar por algunos momentos de mirar hacia nuestras propias necesidades y deseos, y abrirnos a las nuevas sensaciones, estímulos, aprendizajes, emociones y cambios que nos produce el interactuar .
Durante toda nuestra vida, estamos expuestos a una lluvia de críticas y opiniones, y la búsqueda de nosotras mismas puede transformarse en una batalla aparentemente injusta e inútil, ya que, en muchos momentos, nos sentiremos solos, incomprendidos y rechazados. Mientras que algunas personas tienen la maravillosa capacidad de estimularnos de manera increíblemente positiva , hacernos sentir vivos, queridos y apreciados; y sacar lo mejor que hay en nuestro interior; otros, sin duda, y sin mucho esfuerzo, encuentran siempre una forma de hacernos sentir incómodos; de llevarnos al limite de nuestra paciencia y diplomacia; y terminan logrando traer a la superficie nuestro lado rebelde, agresivo y auto protector, haciéndonos actuar de forma impredecible, y hasta vergonzosa - según nuestra propia visión crítica - para defendernos : no porque tengamos alguna culpa, sino por haber cometido el "pecado" de ser y pensar en forma distinta. Y entonces es cuando nos preguntamos: "¿Realmente tengo el derecho de ser quien soy? ¿O, al final , llegaré a la conclusión de que respetar no siempre significa ser respetada?
Y es ahí donde, para algunos, empieza el círculo vicioso del ¿dar para recibir o recibir para aprender a dar? ....
La realidad, es que, aún que nuestra esencia siempre se mantendrá intacta, nos re-creamos y moldeamos todos los días, con cada nueva vivencia, con cada nuevo estímulo , como resultado de nuestras experiencias, dolores y alegrías. Aún que tengamos la seguridad de tener completo dominio y conocimiento de quienes somos, ocurre que hay ocasiones en las cuales nos traicionan nuestros sentimientos más profundos, nos transformamos en seres irreconocibles, y actuamos de manera totalmente descontrolada. Entonces vienen los reproches, los arrepentimientos ... el ¿porque lo hice? o ¿porque no lo hice? ... ¿qué me pasa? ..... ¿porqué me he comportado de esa manera?
¿ Conozco realmente mis posibles reacciones frente a una determinada situación? ¿o aún actúo de manera impulsiva e inesperada, perdiendo fácilmente, y por motivos de poca importancia, mi auto control ?
Se dice que “lo que nos gusta, o disgusta, en los demás es tan solo el reflejo, o una proyección, de lo que hay en nosotros mismos"... cada vez que encontramos algo positivo, negativo, asustador o encantador, en la personalidad de alguien más, lo que realmente estaremos viendo es una faceta de nosotras mismas que se encuentra latente … solo esperando la oportunidad para ser descubierta, y revelada . Cuantas cosas vemos en los demás, que nos encanta o nos repugna, y, conscientemente, no tenemos ni idea de que también las llevamos escondidas en algún rincón !????.....
Algo aparentemente tan normal y sencillo como poner en palabras nuestros sentimientos y pensamientos, puede, de repente, transformarse en una situación bastante complicada. Muchas veces nuestra forma de expresarnos no revela nuestro verdadero yo. ¿Cuantas veces, dentro de la complejidad de nuestros comportamientos y reacciones, nos damos cuenta de que teníamos tanto que decir, y no logramos pronunciar palabra ?! O que, movidos por los nervios, la emoción, la impotencia, el amor, etc, terminamos enredadas en nuestro propio discurso ... hablamos mucho y no logramos decir ni comunicar ninguna cosa! Y cuantos momentos hemos vivido en los cuales nuestra intención era guardar completo silencio y terminamos vociferando, quejándonos, cobrando sentimientos, ofendiendo, desahogando penas, rencores, frustraciones ... y todo termina muy distinto de lo que nos hubiéramos imaginado y querido !???... Nos sentimos entonces traicionados por nosotros mismos y, como resultado de todo aquello, terminamos pasando a los demás una imagen equivocada, que no refleja lo que realmente pensamos, ni quién realmente somos.
Nadie está exento de equivocarse, o de ser mal interpretado, y puede ser tremendamente difícil recomponerse de un mal entendido .... pero así es como aprendemos ... de los nuestros, y también de los errores ajenos.
Creo que somos seres movidos por el misterio y la fascinación del descubrir. La búsqueda del conocerse jamás terminará … Cuando logremos conocernos totalmente, y a los demás, ya no habrá desafíos …ni oportunidad para aprender a dar… recibir … ceder, tolerar … ni la magia de compartir con otros nuestras vidas, con la esperanza de aprender cosas y comportamientos nuevos, que podrán, con el tiempo, ser también parte de "nuestra" forma de ser. Y esto no se trata de perder nuestra identidad o estar constantemente "copiando" a los demás, sino de una forma de aprender a identificar lo que nos desagrada de nosotros mismos para poder, de a poquito, sustituirlas por todas aquellas virtudes y cualidades que admiramos en los demás, que ya están en nuestro interior, pero que no sabíamos como utilizarlas.
La capacidad de transformación es fundamental, y si algún día llegáramos a la resignación, a estar conformes y a creer que somos lo que somos y punto, nos estaríamos cerrando a la posibilidad de ser mejores a cada día. Lo importante es NO ENTREGARSE ! Recordándonos que para superarnos y crecer, solo debemos ser capaces de reconocer y admitir en que punto nos encontramos ahora, y tener claro qué es lo que nos hace falta ... donde nos gustaría llegar ... y salir en busca de aquella imagen soñada de nosotras mismas, que vemos proyectada muy distante .... en el final del largo camino al que llamamos FUTURO.
Un cariñoso abrazo , mucho amor, humildad, comprensión y valor para todos !!
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